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Venció pero descendió. Estéril la victoria de la S.D. Huesca, aunque no tan inútil como pueda parecer a priori ya que le sirve para seguir siendo cuarto desde abajo, un puesto que esta temporada quizá signifique la permanencia por culpa de algún descenso administrativo. Ayer allí, frente al Xerez de Marquitos, jugó Carlos Lázaro, mediocentro cedido por el Real Valladolid.
Carlos Lázaro se marchó este verano al Huesca tras la buena experiencia vivida el año anterior, cuando recaló en el club oscense después de superar una grave lesión que le privó de minutos en el primer equipo. Debutó de la mano de Mendilíbar en Santander con el Real Valladolid en la Liga BBVA la temporada 09-10, la del descenso a Segunda División, jugando ocho partidos y rayando a un gran nivel. Veintisiete partidos jugados con la elástica blaugrana, a la espera de la disputa de los dos últimos, un gol marcado y sólo un punto negro en su impecable trayectoria, ajeno al jugador. Y es que, tras la llegada de Jorge D'Alessandro al banquillo local de El Alcoraz, el mediocentro olmedano dejó de aparecer en las alineaciones e incluso en el campo. Desde la jornada diecinueve, último partido con Antonio Calderón a la batuta, hasta la treinta y tres, cuando se ganó por fin la confianza del técnico argentino, sólo disputó trece minutos frente al Villarreal.
El canterano blanquivioleta buscará repetir este verano la fórmula del éxito de Jesús Rueda o Javi Baraja, jugadores que tuvieron que encontrar fuera los minutos que no tuvieron para después regresar al Real Valladolid. Lázaro es el mediocentro con más vuelo de la pareja de centrocampistas, el que busca dar continuidad a la jugada y apoyo para la salida de balón lateral. En Huesca jugó junto con David López, mientras que en Valladolid era Pelé el mediocentro posicional de la pareja.
Ahora, tras no contar el verano pasado para Miroslav Djukic -que le llegó a probar de central-, regresa a Valladolid para demostrar, en su último año de contrato, que puede luchar por la titularidad. Junto con Álvaro Rubio, Víctor Pérez y Lluís Sastre, el mediocentro del Real Valladolid puede estar ya completo para el curso que viene.
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